miércoles, 27 de junio de 2012

LA OBSERVACION



Hola seguidores esta es mi segunda entrada en poco tiempo, esta vez hablaremos sobre la observación y su importancia para mi futuro como enfermero. Bien empecemos con una definición de observación, la entenderemos como la atención sostenida a una situación concreta y posterior reflexión sobre esta esta atención puede ser captada por por cualquier órgano sensorial. Hay que evitar confusiones con otros términos que pueden dar a engaño como mirar, ver, nunca sera lo mismo ver que observar por ejemplo tu puedes decir que viste a Pepe por la calle pero no dirías que observaste a Pepe, porque entonces podrías decir que parecía preocupado y que podría ser porque habría perdido algo al ir tocándose los bolsillos en todo momento por ejemplo.  
La observación implica también una escucha sobre todo en el campo de la atención primaria, una buena escucha podrá identificar de manera precoz las necesidades de nuestro paciente para poder así establecer un buen plan de cuidados, también mediante la observación podremos facilitar a nuestro equipo una mejor y mas detallada información del problema o evolución del tratamiento sobre todo en lo cambios de turno, y así, crear un mejor clima de trabajo y ser mas efectivos y eficaces. En la observación tendremos en cuenta, nuestro grado de objetividad en el proceso de manera que evitaremos los prejuicios, nos leeremos la historia del paciente para prestar atención a lo que verdaderamente nos interesa, y así priorizar las necesidades, también hay que observar los gestos y entorno del paciente de manera que establezcamos una relación entre lo que nos dice y sus expresiones.  
Ademas, posterior a la observación habrá que registrar las conclusiones obtenidas, de manera que estas anotaciones sean anotadas por ti y no por una tercera o cuarta persona para evitar el deterioro de la información que hay al pasar de oído a oído, y es entonces cuando aparecen los llamados rumores, y dicho esto, no querría dejar de mencionar la lectura del libro de Ferran Ramón-Cortes titulado “Virus: un relato sobre el peligro de los rumores en las organizaciones” donde el autor reflexiona de la importancia de la comunicación interna en las empresas y poco a poco se va adentrando en diferentes ejemplos extraídos del proceso de infección de un virus con los que nos explica claramente cómo los rumores que infectan la comunicación pueden desestabilizar las organizaciones, retomando el ejemplo o aclaración dicha por mi de que es importante evitar terceras personas a la hora de registrar los datos, imagínense si al doctor le llega información errónea sobre su paciente porque tu le has dicho lo que el otro te ha dicho, etc. la situación sería desastrosa, de vuelta al libro el autor nos dice que este tipo de situaciones generar desconfianza y desequilibrio en la empresa, por eso es importante que para combatir el rumor haya que buscar la raíz del problema, hay que encontrar el causante del rumor y preguntarse porque se ha hecho, y evitar la propagación del “virus”. El autor también nos da una serie de “vacunas” contra el virus del rumor:
  1. Conocer bien a la gente: Ir más allá del conocimiento superficial.
  2. Las relaciones entre la gente: identificar las cadenas de comunicación que ya funcionan de forma eficiente, nos servirá en cierta manera para saber la zona afectada por el virus.
  3. Reconocer los canales de comunicación existentes: identificar cuáles funcionan y cuáles no. Cuáles son eficientes para transmitir determinados mensajes y cuáles no.
  4. Ser transparentes. Compartir siempre la máxima información posible. Dado que no siempre se puede decir todo a todos, pensar, ante cada decisión, qué explicamos, a quién, cuándo y cómo.
  5. Ser claros, evitar ambigüedades. No dar versiones diferentes a gente diferente.
  6. Ser rápidos. Dar las informaciones relevantes con celeridad y sin retrasos. Hacer llegar con rapidez y al mismo tiempo la información a todo nuestro entorno.
  7. Tener valor. Estar dispuesto a dar tanto las buenas noticias como las malas.
  8. Ser íntegros. Asegurarnos de que hay consistencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Establecer un relación positiva entre la comunicación verbal y no verbal.

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